23 febrero 20
Amos 3-8: Ha rugido un león, ¿quién no temerá? Ha hablado el Señor DIOS, ¿quién no profetizará?Ana Isabel Garcia.
Estaba
con mi familia en una casa de lujo con varios ambientes y una piscina en el
centro. Llegaba Quique el hermano de mi papa con su familia y su mujer tenia el pelo corto y andaba con dos bebes y
uno de ellos era una bebe gordito que pesaba un montón y lloraba cuando yo lo cargaba. Ellos estaban discutiendo y con ellos llegaban más personas familiares
o amigos. Yo salía de la casa e iba por la calle de noche y andaba con temor
pues había unos hombres que me veían que yo iba sola. De repente comencé a
flotar e iba por encima de las casas. Veía dos hombres de negocio con piel de
color amarillo y de traje dorado entrando a un hotel y yo pasaba junto a ellos y pensaba que yo
atravesaba los ambientes que ellos rondaban y no me parecían la gran cosa. En la
calle veía un león inmenso, del tamaño de un auto y musculoso, su rostro era de un león
manso, no feroz y sus ojos eran como llamas de fuego. Era un león robusto de
melena espesa y muy distinta al león que conocemos. Y se movía
agresivamente como si estuviera cazando, y vi que tambien habían lobos sueltos.
El avanzaba muy rápido y lo perdía de vista y yo me elevaba en el cielo para
buscarlo y lo veía desde lejos que daba la vuelta y el regresaba al lugar donde
yo estaba y lo veía con un zorro en la boca (era de color blanco y también de proporción
grande) y el se lanzaba a atrapar a un conejo que chillaba cuando lo atrapaba,
y el conejo era gordo e inmenso y se trataba de escapar pero el león lo agarraba del cuello. El león se
movilizaba otra vez y yo lo seguía y vi que llegaba a la casa donde estaba mi
familia y el comenzaba a hablar con autoridad, y sus ojos se encendían como
llamas y veían a un hombre gordo y feo sentado a la cabecera de una mesa y yo sabía
que era el socio de mi tio y el león le decía: “Vos sos cerdo y no hombre, y
aunque te veas como hombre yo te veo como cerdo” y él se enojaba mucho con lo
que le decía, y podía escuchar risas al fondo. Luego el león le decía a mi tío:
“Vos tenes que ir al registro civil porque tenés todas las tuberías sucias”, y
otra vez escuchaba risas al fondo, luego a una mujer que estaba de pie detrás
de ellos: “Tu qué dices que me buscas y que oyes mi voz y cumples mi palabra,
yo te digo que no te conozco” y el león volteaba a ver a mi hermana y le decía:
“Agradece que ella haya nacido (señalándome a mi) porque si no ésta sería tu
hermana” y la mujer se iba avergonzada, y ellos tres estaban vestidos de negro.
Se formaba una conmoción con lo que el león decía y los echábamos a todos de
casa y mi hermana le decía a mi hermano: “Te diste cuenta que El aborrece a
toda la gente que vos tenés por alto estima?” y yo buscaba al león para ver que
tenia para decir de nosotros, y en lugar de eso escuchaba el sonido de un
cordero y el leon se habia transformado en un pequeño cordero blanco y muy tierno y yo lo tomaba en mis brazos y sentia como de El emanaba un amor y ternura que inundaban todo el lugar.
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